Nuestro mundo es muy grande, amplio, diversísimo. Si no descansamos, todo gira a nuestro alrededor , y la realidad se reduce a nuestros minúsculos intereses y los de nuestro entorno.
Por Fernando García. 11 marzo, 2025. Publicado en Diario Correo, el 8 de marzo 2025Todas las personas de una forma u otra precisan poner una pausa frente a la vida. Es decir, dejar de avanzar o, por el contrario, dejar de ir hacia atrás. La vida es inabarcable e incierta y el ser humano es un ser limitado, aunque inteligente, sociable y dotado de voluntad.
La vida se nos escapa por todos lados, precisamos darnos tiempos, descansos, pausas para poder enterarnos, maravillarnos, y cargarnos de energía en este viaje.
Es común pasar “corriendo” y perder de vista los grandes dones de la vida: un hijo, una pareja, el desarrollo personal en el trabajo y el estudio, la amistad… A veces, no somos capaces de disfrutarlos realmente, no permitimos que nos “alimenten” todo lo que deberían.
Varias veces, he escuchado a alguien decir: “he tenido el placer de ver crecer a mi hijo”. Siempre vamos a más, pero siempre disfrutamos en menos.
A veces nos pasa que seguimos buscando cosas que ya tenemos. Hay que bajar la ansiedad de más e ir al encuentro gozoso de lo que somos y tenemos. Y para eso nos sirven los descansos, espacios que nos otorgan salud mental.
Nuestro mundo es muy grande, amplio, diversísimo. Si no descansamos, todo gira a nuestro alrededor , y la realidad se reduce a nuestros minúsculos intereses y los de nuestro entorno.
Descansar no es sólo distraerse o dispersarse y tampoco solo juego o entretenimiento. Entretenerse viene bien siempre y cuando deje lugar al encuentro con los otros, con la naturaleza, el conocimiento o cultura y se abra hacia horizontes insospechados, ya que la vida es misterio y la verdadera vida es ser alegremente conscientes de que así es.